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Bonaire y Curazao

(Antillas Neerlandesas en el sur del Caribe)


IMPORTANTE: Llevar carné de vacunación de fiebre amarilla. Ni los peruanos ni los brasileños necesitamos visa para ninguno de los dos destinos. Recomiendo llevar dólares de los EEUU y sus propios snorkels y aquashoes.


Los arrecifes de coral son muy frágiles. Nunca los toquen o pisen. Llevar protectores solares libres de oxibenzona porque es tóxico y produce el blanqueamiento de los corales. Nosotros compramos Dermosol Visage SPF 100 de Laboratorios La Cooper en Boticas Perú.


La forma más fácil de conocer ambas islas es alquilando carro. Nosotros no lo hicimos porque no nos gusta manejar en el extranjero.


Cambio: La moneda que se utiliza en Curazao es el Florín Antillano (ANG), o simplemente el florín. El tipo de cambio del Florín Antillano está vinculado al del dólar estadounidense a un precio de 1 USD = 1,80 ANG (al 25 de febrero de 2023).

En Bonaire, se utiliza el dólar de EE.UU.


En las Antillas Neerlandesas no funciona bien google maps. Es mejor descargarse los mapas de maps.me para utilizarlos off-line.

Curazao


Curazao: Del 15 al 16 de febrero

Pasajes: Compramos millas Lifemiles y con eso canjeamos los pasajes Lima-Curazao-Lima a través de Avianca con escala en Bogotá (49,000 millas + US$ 224.66 = US$871.00 por los dos).

(Escala en Bogotá: El dorado lounge en el aeropuerto de Bogotá es el mejor de los VIP lounges de Bogotá).

Alojamiento: La primera noche en la isla la pasamos en San Marcos Hotel (booking.com), que queda en Punda, en el centro de la ciudad. Un hotel básico, pero con una ubicación excelente y un personal muy amable (US $49.5 por los dos).

Transporte: Fuimos del aeropuerto al hotel en transporte público y viceversa (US$2.00 cada pasaje). El transporte público pasa una vez a las quinientas y no tiene un horario establecido. Se puede usar el app ABC Curacao para saber qué bus tomar, pero no ayuda muchísimo por la falta de horarios y por la poca frecuencia en la que pasan los buses.

Felizmente conocimos a un señor muy amable en el paradero del bus quien nos guió a nuestro hotel.

Qué hicimos: Es lindo el centro. Conocimos el puente flotante que se abre para que pasen barcos grandes, fuimos a la fortaleza que han convertido en centro comercial, vimos las casitas de colores, la escultura Chichi (símbolo de una mujer fuerte y llena de orgullo, representa la hermana mayor), el mercado artesanal… y comimos en un restaurante de comida de la India buenísimo.



Minas de sal, Bonaire


Bonaire: Del 16 al 19 de febrero

Pasajes: Los pasajes en Divi Divi Air en un avión chiquito para 14 pasajeros de Curazao a Bonaire (ida y vuelta) costaron US$382.24 por los dos. Da un poco de miedo volar en una aeronave tan pequeña.

Importante: Para entrar a Bonaire se paga un impuesto de turismo de US$75.00 por persona. Pueden pagarlo antes de llegar a la isla por internet o una vez estando allá.

Alojamiento: Conseguimos nuestro alojamiento por Airbnb (Downtown apartment H). Pagamos US$214.96 por las 3 noches (pero eso es porque teníamos un descuento de US$100.00 de airbnb por ser superhosts). Era un departamento con vista al mar desde una ventana, con todo lo que necesitábamos. La señora Livia incluso nos prestó sillas de playa y un cooler. Hasta nos consiguió a una amiga (Judy) para que nos haga un tour por la isla. En el último piso había una terraza con una vista maravillosa del mar. Ideal para ver el sunset.

La ubicación del depa era excelente. Estábamos muy cerca de la playita Cha cha cha (una playita casi sin arena donde la gente pone carriles con boyas y practica natación). También podíamos ir al supermercado y al centro caminando y teníamos un paradero de water taxi muy cerca. A unos 15 minutos del depa, había canchas de beach tennis, donde pudimos jugar (gratis) y nos prestaron las raquetas y pelotas.

El taxi (colectivo) del aeropuerto a nuestro alojamiento costó US$15.00.

Qué hicimos: Tomamos un water taxi a Klein Bonaire por US$50.00 ida y vuelta por los dos. Klein Bonaire forma parte de la reserva natural protegida del Parque Marino Nacional. Los arrecifes de coral negro, que comienzan en la playa y descienden hasta 35 metros de profundidad, hacen que hacer snorkeling ahí sea un espectáculo. En la noche, Jim de Amazing Bonaire (https://www.amazingbonaire.com/) nos llevó a hacer snorkeling de noche. Costó US$ 50.00 por persona e incluía el recojo desde nuestro alojamiento y el wetsuit, snorkel, linterna acuática, aletas. IMPRESIONANTE. A diferencia de lo que yo pensaba, no sentí que el agua estuviera fría. Nos siguieron 3 peces sábalo (tarpons) enormes que utilizaban la luz de nuestras linternas para cazar.



Foto del snorkeling de noche cortesía de Elson y Linda (compatriotas de Tsu que conocimos en Bonaire, quienes sí tenía cámara acuática)


También hicimos un tour por la isla con la Sra. Judy (+599 7805420). Por US$70.00 por los dos, ella nos llevó a Rincón, playa 1000 pasos (donde vimos una tortuga en el mar), no name beach, mirador, minas de sal, casitas de los esclavos y a la linda playa Sorobon cuyo mar tiene muchos tonos de azul y verde (en esta última tuvimos un par de horas para disfrutar de la playa). En Sorobon, fuimos a la zona que es pública, donde la mayoría de visitantes es local.


Sorobon


En Bonaire es común ver flamencos rosas (cerca del aeropuerto y las minas de sal) y burros y cabras silvestres.

El aeropuerto de Bonaire no tiene priority pass lounge.

Una sorpresa para nosotros era que, al parecer, la comunidad peruana en Bonaire es grande.


Curazao: Del 19 al 23 de febrero



Ventana de nuestro cuarto


Alojamiento: Por Airbnb encontramos la Posada Amazonía, en Boca Sami (Sint Michiel). Nuestro cuarto (el Nro. 1) tenía una vista maravillosa al mar y las áreas comunes (cocina y comedor al aire libre), terraza con hamaca y sala, tenían también esa vista insuperable. No tenía ningún lujo ni agua caliente, pero no me hizo falta porque hacía mucho calor. Pagamos $273.88 por las 4 noches. Para llegar ahí, tomamos un taxi desde el aeropuerto y nos cobró US$30.00. La señora Iris, cuidadora de la posada, nos ayudó en todo. Nos sentimos realmente en casa. El minimercado más cercano estaba como a 15 minutos a pie. A dos minutos de la posada (caminando) estaba la playa Wachi. Una playa muy chiquita, pero deliciosa, donde el snorkeling era bastante bueno. Se podía ir también a pie a una escuela de buceo, Aquafari (que es una especie de moto debajo del agua y te ponen una escafandra conectada a un cilindro de oxígeno), unos pocos restaurantes, a la playa Boca Sami (que es una playa de pescadores, donde es maravilloso hacer snorkeling) y al humedal de Malpais/Sint Michiel (sitio Ramsar – excelente para el avistamiento de aves). Por cierto, justamente por la existencia del humedal, hay muchos mosquitos en esa zona.




Fuimos también la famosa Kokomo beach, caminando desde nuestra posada. Para hacer eso hicimos trekking (como 35 minutos cada tramo porque yo voy muy lento) paseando por el bosque. En el sendero de trekking uno llega una mesa de picnic con una vista maravillosa al mar y a Kokomo beach. Es un excelente lugar para un picnic. Vale la pena ir a Kokomo beach por los corales que se pueden ver allí cuando uno hace snorkeling. Las 3 playas a las que fuimos son gratuitas, pero en Kokomo uno tiene que pagar 6 dólares para alquilar una tumbona. Kokomo tiene restaurante, bar, servicios higiénicos, wi-fi gratis y se llena de turistas que vienen de los cruceros.

El aeropuerto de Curazao sí tiene priority pass lounge.


Kokomo beach desde el Mirador Fort

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